sábado, 28 de enero de 2012

La madre asesina

La casa donde vivía Claudia Mijangos junto a sus hijos en 1989.

Claudia María, Ana Belén y Alfredo Gutiérrez Mijangos, de 11, 9 y 6 años, respectivamente, fueron inmolados el 24 de abril de 1989, entre las 5 y 6 de la mañana.

De acuerdo con versiones periodísticas de la época, las autopsias, que duraron alrededor de cinco horas, revelaron que los pequeños murieron a causa de las heridas, producidas con tres cuchillos de cocina, produciendo desangramiento; perforación de pulmón, perforación del corazón, en caso de las dos niñas; y en el niño, amputación total de la mano izquierda y casi cercenamiento de la derecha.

Los cuerpos de los niños se encontraron en un cuarto, colocados uno sobre otro.

El asesinato fue reportado a la policía por Verónica Vázquez, amiga de Claudia, que llegó de visita. La mujer, según la testigo, “actuaba como si nada hubiera ocurrido”. La filicida, una vez descubierta, logró causarse heridas superficiales en brazos y pecho al intentar quitarse la vida, pero fue detenida y posteriormente trasladada a la clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

Después de atenderla, los encargados de recibirla declararon que Mijangos no ingresó bajo el efecto de sedante alguno; aún cuando en el lugar de los hechos se encontró el frasco de los medicamentos que presuntamente tomaba para controlar las constantes depresiones que sufría.


Claudia Mijangos.

 
Una vez pasado el efecto del sedante, al preguntarle por sus hijos afirmó que los niños estaban en el colegio y tenía que ir a recogerlos; aún del domingo recordaba algunas cosas; pero, volvía a perder todo sentido de realidad cuando se le cuestionaba sobre la causa de sus heridas y lo que ocurrió la madrugada del lunes.



“Otras realidades”
 
Claudia Mijangos era una persona maníaco depresiva y sufría esporádicas lagunas mentales y delirio de persecución. Incluso decía a sus amistades que su ex esposo Alfredo Gutiérrez Castaños, empleado bancario de 41 años, la agredía y llegó a golpearla en algunas ocasiones; también, ella temía que Gutiérrez les pudiera hacer daño a los niños.

Surgieron opiniones encontradas… había quienes no podían creerlo, puesto que Claudia impartía clases gratis de ética y religión en el colegio Fray Luis de León, donde sus hijos estudiaban, a niños de primaria. Sin embargo, los vecinos decían que era una persona muy conflictiva, castigaba con severidad a los niños e incluso llegó a golpearlos.

La noticia del asesinato acusó revuelo en toda la sociedad queretana, especialmente entre los vinculados al Fray Luis; de hecho, el resto de los alumnos no quería regresar a clases por temor a que apareciera la mujer y les hiciera daño.


Los mitos

Como era de esperarse, ante un hecho como éste, surgieron varios rumores que siguen y siguen… aquí algunos de los más populares.
Uno de los “clásicos” dice que “la Mijangos” salió con uno de los cuchillos lleno de sangre en la mano y  tenía su ropa llena de sangre; otros… que la cabeza de un niño pendía de su mano.

Esta última versión fue expuesta en un libro por el estudioso del mundo paranormal Carlos Trejo. Cuando el equipo de investigadores ingresó a la vivienda de Jardines de la Hacienda para tomar un video, una de las integrantes del grupo aseguró haber visto a una niña asomarse de la cocina. Esa niña, se dijo, vestía su pijama ensangrentada.

En el libro Evidencias de vida después de la muerte se relata, además, una pequeña historia de terror: cuenta que un niño pequeño, vecino de la familia y de nombre Luisito , jugaba en la calle cuando se le voló la pelota dentro de la casa; decide entrar a buscarla y se encuentra con una niña que, de pronto, se convierte en espectro y él sale corriendo.

Esta historia es desmentida por el también investigador del mundo paranormal Eduardo Escoto, en entrevista con esta reportera. Niega conocer esa historia y asegura que Trejo robó el video y a la versión original le agregó efectos especiales que alteraron los acontecimientos.

Lo cierto es que no sólo en el video se registra el movimiento de las puertas sin razón aparente, otros visitantes de la casa han dicho que las puertas se abren y se cierran solas; al entrar (o incluso al pararse frente a la casa) se siente un ambiente denso y “vibras” muy pesadas. Un grupo de visitantes, que tomó una foto frente a la casa, asegura ver una sombra en ella, cuando se supone que la casa está vacía.

La gente, que se resiste a creer que una mujer sea capaz de matar a sus propios hijos, ha preferido inclinarse por pensar que Claudia estaba en una de sus crisis nerviosas y descargó sobre los niños el odio que sentía por su ex marido,. Incluso se dijo que Claudia María era la más parecida a su padre y por ello fue la que recibió más cuchilladas.

Cuando Mijangos estuvo en El Cerezo, mientras continuaba el proceso para determinar su estado mental (recordemos que los abogados alegaban demencia temporal), las custodias decían que Claudia estaba poseída, pues “hablaba con alguien” y hacía una voz diferente, una voz más gruesa… tétrica; ella misma decía que la visitaba el demonio. Por esto a las custodias les daba miedo estar con ella y ninguna de ellas se quería quedar a cargo.

Claudia Mijangos proviene de una familia acomodada y se convirtió en multimillonaria al recibir la herencia de sus padres; por esto no falta quien piense que el proceso fue manipulado por conflictos de intereses, tanto por parte de su familia como de Alfredo Gutiérrez.

Eduardo Escoto asegura haber tenido una conversación con ella, donde le dijo no recordar lo ocurrido; salvo una discusión con su ex esposo después de una kermese del colegio, incluso dice que él la golpeó… después tocan la puerta y baja a abrir… después hay una laguna hasta el momento en que llegó Verónica a buscarla, pero ignora porque está aterrada. Esto hace surgir la sospecha de que no haya sido ella y que se trate de algo planeado por el marido para quedarse con la fortuna Mijangos.

Actualmente, es algo incierto el verdadero paradero de estas personas. Entre las versiones que circulan de boca en boca, se afirma que Claudia vive con su psicólogo en una zona residencial de Irapuato. Eso mismo lo sostiene Carlos Trejo. Escoto, por su parte, dice que ella retornó a Querétaro y se casó con su médico; que es una señora muy tranquila y, dentro de lo que cabe, vive normal y en paz. Alfredo Gutiérrez Castaños se niega rotundamente a hablar del caso lo cual descarta la idea que sostiene Carlos Trejo en el sentido de que está muerto.

Una última versión es que Mijangos sigue presa en un penal de mujeres en México y tiene un tumor cerebral inoperable, el cual le produce alucinaciones.

En la última presentación de Trejo en esta ciudad, en la que abordaría la investigación correspondiente al caso, no emitió comentario alguno al respecto; aparentemente, esto se debió a las peticiones de los vecinos que ya no querían ver gente curiosa rondando la casa y con intenciones de entrar.

A raíz de que el video de Carlos Trejo fue presentado en un programa nacional de entretenimiento, se incrementó el número de curiosos y ello propició que las autoridades, a petición del vecindario, levantaran una barda que bloquea cualquier entrada al inmueble. Además se colocó alambre de púas. De igual manera fue elevada la altura de la barda trasera de la casa y también fue circundada con alambre de púas.

De acuerdo con vecinos, la casa de Jardines de la Hacienda ha sido vendida ya en tres ocasiones. Actualmente, la casa se encuentra en venta por cuarta ocasión. Piden cuarenta mil pesos por ella pero hasta ahora nadie está dispuesto a dar ese dinero.


 
La casa Mijangos actualmente está tapiada y en venta.

 

2 comentarios:

  1. Increíble historia creo que estuvo poseída. Y la casa seguramente.

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  2. Increíble historia creo que estuvo poseída. Y la casa seguramente.

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