El Castillo de Edimburgo,
construido sobre una roca volcánica, fue inicialmente la residencia real de
David I, príncipe de Escocia y Conde de Huntingdon, en el siglo XII. Este
castillo ha sido testigo de muchos de los conflictos de históricos y las guerras
de la independencia de Escocia en el siglo XIV, así como el conflicto jacobita
en 1745.
A finales del siglo XVII, se convirtió en una fortaleza
militar. Pero, en su historia más oscura, fue escenario de muchas tragedias y
muertes, lo que le han llevado a convertirse en un lugar
encantado.
Edimburgo es una ciudad que cuenta con un montón de
pasadizos subterráneos ocultos, una serie de túneles secretos que van desde el
Castillo a la Royal Mile, su calle principal. Cuando hace varios siglos se
descubrieron estos túneles, se mandó a un gaitero para que los explorara. Un
gaitero para que, al tocar su instrumento, todo el mundo supiera por dónde
iba.
Sobre la mitad del recorrido, al llegar a la Royal Mile,
el sonido de la gaita se detuvo de repente. Un grupo de rescate fue enviado para
buscar al gaitero, pero sólo se logró encontrar los restos rotos de la gaita.
Nunca jamás se supo del gaitero, aunque muchos habitantes de Edimburgo cuentan
que, en el silencio de la noche, se vuelve a oír en los túneles el sonido de una
gaita.
La "Royal Mile" en el castillo de Edimburgo. |
Un día antes de que Cromwell atacara el Castillo de
Edimburgo de 1650, se cuenta la historia de la aparición de un niño sin cabeza
por los alrededores de la fortaleza. Dicen que este fantasma sólo aparece cuando
el castillo va a ser asaltado de forma inminente. Aunque no ha habido nadie que
lo haya visto recientemente, la gente sigue contando la historia.
En Edimburgo, curiosamente, hay un cementerio para
perros. Como tal, hay mucha gente que, durante la noche, cerca del cementerio,
ha oído ladridos lastimeros de perros, y en ocasiones perros fantasma que
frecuentan el cementerio. También se comentan los fantasmas de los prisioneros
de la Guerra de los Siete Años.
Cementerio para perros dentro del castillo de Edimburgo en un balcón terraza. |
Mucha gente que ha visitado el Castillo de Edimburgo
habla de situaciones paranormales que les han ocurrido en las habitaciones,
sobre todo en las que fueron encarcelados presos. Algunos hablan de que una
presencia invisible les tiraba de las ropas, o bien una caída brusca de
temperatura, una sombra, el roce de algo invisible, sentimientos de ser
observados y la detección de alguna presencia sobrenatural.
En el 2001, un equipo de nueve investigadores
paranormales exploraron las habitaciones y los pasadizos secretos del castillo.
Uno de ellos era una mujer joven que, en un momento determinado, se encontraba
sola en uno de los pasadizos de South Bridge. Llevaba una cámara de vídeo para
grabar lo que viera. La mujer dijo que, de pronto, comenzó a sentir una
respiración en el cuarto en el que se encontraba.
Justo en ese momento creyó ver un destello de luz en un
rincón, pero no quiso acercarse siquiera. Las únicas pruebas de aquello fueron
unas fotografías en las que se aprecian unas densas manchas de luz, nieblas
extrañas y una mancha verde.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario