Situado en Fyvie, cerca de Turriff en Aberdeenshire, Escocia, este castillo fue construido en el siglo XIII por Robert Bruce como pabellón de caza, su propiedad pasó por cinco familias diferentes que fueron ampliándolo cada uno con una torre por lo que el castillo consta de 5 de estas construcciones. Una de las familias que lo habitó fue la del famoso Lord Byron.
Actualmente pertenece al Patrimonio Nacional escocés y en su interior se conservan numerosas y valiosas obras de arte, como armaduras, armas y cuadros, aunque el castillo es más visitado por las leyendas y fantasmas que se dicen habitan en él.
Su espectro más famoso es el de Lady Lilias Drummond que en 1592 contrajo matrimonio con Lord Alexander Drummond Seton, la pareja tuvo cinco hijas en nueve años, aunque ningún heredero varón por lo que el matrimonio comenzó a tener problemas y Lord Drummond buscó consuelo en otros brazos, concretamente en los de Lady Grizel Leslie.
Lady Lilias muere en medio del misterio y la sospecha y tan solo seis meses después de su fallecimiento el viudo contrae matrimonio de nuevo con Lady Leslie, pero la tranquilidad les iba a durar poco porque la misma noche de bodas en la alcoba nupcial empezaron a escuchar una especie de suspiros femeninos sin que allí se encontrara nadie más que los recién casados. A la mañana siguiente se encontraron talladas desde el exterior en la ventana las palabras D. Drummond Lilias, mensaje que aún sigue sobre el cristal.
Muchos son los que afirman haber visto la figura de Lady Lilias vagando por el castillo o resposando en la que fue su alcoba.
Pero este castillo no solo goza de fantasmas sino también de maldiciones, la primera lanzada por un trompetista que fue a enamorarse de la hija del Señor del castillo, este cuando se enteró mandó secuestrar al muchacho y mandarlo a ultramar, pero el trompetista logró volver con tan mala suerte que al llegar al castillo de Fyvie se enteró de que su amada había muerto víctima de unas fiebres. El infeliz y rabioso enamorado lanzó una maldición sobre todos los habitantes del castillo proclamando que antes de morir escucharían el sonido de una trompeta. Todavía hoy son muchos los que oyen trompetas en las noches de niebla.
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