domingo, 19 de febrero de 2012

Pompeya, la ciudad dormida de Italia



Son muchos los que alguna vez habrán oído hablar acerca de Pompeya, la ciudad de Italia que fue víctima de la erupción del volcán Vesubio. En cambio, aún hay quienes se asombran al saber que es posible visitar la ciudad y que, incluso, se conservan cuerpos bajo un gran manto de piedra. Pompeya fue una ciudad de Roma ubicada en la región de Campania, cerca de la actual ciudad de Nápoles. La ciudad, de unos 20.000 habitantes, era uno de los centros que hacían posible el contacto de Campania con el mundo exterior. Cerca de ella, a unos 1.200 metros sobre el nivel del mar, se encontraba el Vesubio, último volcán activo de Europa. El Vesubio es uno de los pocos volcanes en actividad de la región junto con el Etna, en Sicilia. La erupción más catastrófica y conocida es la que se produjo el 24 de agosto del año 79 d.C. Gracias al escritor latino de la época, Plinio el Joven, se conocen numerosos detalles de la catástrofe.

La ciudad vivió temblores durante algunos días, lo que finalmente culminó con una enorme explosión. Millares de toneladas de piedras incandescentes cayeron desde una gran altura. Una nube inmensa tapó el sol y Pompeya en unas horas quedó enterrada bajo seis metros de piedras y cenizas. El barro ardiente hizo que la ciudad quedase sepultada endureciendo todo lo que había en ella. Algunas aldeas y ciudades cercanas como Herculano también fueron arrasadas por el Volcán. En la ciudad de Pompeya murieron alrededor de 2.000 personas, ya fuera por la inhalación de gases, por la lava o por aplastamiento. Una ciudad entera desapareció en poco tiempo y siguió sepultada hasta 1763 cuando tras muchas excavaciones, se encontró el emplazamiento.

Hoy día, Pompeya, es visitada por muchos turistas que quieren acercarse a la trágica historia que rodea a esta ciudad. Actualmente forma parte del Parque Nacional del Vesubio y fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1997. Se puede llegar a las ruinas caminando desde la ciudad moderna mediante varias entradas y se ha habilitado la zona con aparcamientos debido al turismo. Entrar al recinto cuesta alrededor de unos 11 euros y se puede solicitar el acompañamiento de un guía turístico.

A día de hoy, pueden contemplarse los moldes que los arqueólogos han creado de los cuerpos humanos y animales petrificados. Puede resultar escalofriante observar los restos y estar rodeado de lo que es hoy día una auténtica ciudad fantasma. La agonía y el terror que tanta gente vivió sigue inmortalizado bajo toneladas de piedra y lava. De cualquier modo, puede ser una gran opción y sin duda, una visita que no dejará indiferente a nadie. No todos los días pueden verse lugares tan impactantes que nos hacen ser conscientes de los caprichos de la naturaleza. Pompeya es, y seguirá siendo siempre, una ciudad atrapada en el tiempo.


 

Fuente: http://viajerosblog.com/pompeya-la-ciudad-durmiente-de-italia.html



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