La isla Fantasma de San Borondon, es un misterio trasmitido desde generaciones en la zona de las Islas Canarias. Dicen que no hay isleño de Tenerife, La Palma, el Hierro o la Gomera que no haya creído ver alguna vez desde las cumbres de su propia isla, la isla fantasma de San Borondón en el horizonte.
“Las islas afortunadas”, o islas Canarias son siete, pero sin embargo se habla de otra isla, la octava isla. Esta isla fantasma sería la isla de San Borondón o Saint Brandan de Clonfert. Saint Brandan de Clonfert fue un monje irlandés que vivió entre el 480 y el 576 después de Cristo. Es el protagonista de esta misteriosa leyenda de la isla fantasma de Canarias.
Según el poema irlandés, Brendan era un monje de un condado irlandés de Kerry, llamado Tralee. Fue ordenado sacerdote el año 512 después de Cristo y se marchó junto a otros 14 monjes en una embarcación bastante frágil por el Atlántico. La leyenda narra las aventuras de los monjes, como recogieron otros tres monjes más a lo largo del viaje, como se encontraron con demonios que vomitaban fuego, con columnas de cristal flotante, con criaturas monstruosas de enorme tamaño.
Brendan y su grupo llegaron a una isla y desembarcaron. La isla estaba llena de todo tipo de árboles y vegetación. Los monjes celebraron misa y de repente la isla comenzó a moverse. Se trataba de una una gigantesca criatura marina sobre cuyo lomo se encontraban los monjes. Una gran Ballena.
Después de atravesar muchas peripecias Brendan logro regresar a Irlanda. Esta leyenda dio origen a la creencia de que marinos irlandeses debieron alcanzar quizás las costas de Norteamérica, Terranova o Islandia u otras islas del Atlántico Norte en la Alta Edad Media.
Las Islas Canarias son conquistadas en el siglo XV y ya comienzan a contarse los relatos de la Isla fantasma, la isla de San Borondón. Se contaba que la isla a veces se divisaba al oeste de La Palma, el Hierro y la Gomera. Cuando los navegantes o pescadores intentaban aproximarse a ella y se encontraban a la vista de sus costas, montañas o valles, la isla se veía envuelta por la bruma y la espesa niebla y desaparecía por completo. Esta isla fue relacionada con la mítica isla-ballena de San Brendan, que los canarios denominaron como “San Borondón”.
La leyenda siguió contándose de padres a hijos en la zona. No faltaron los relatos de marinos y navegantes que juraban haber desembarcado en “la isla fantasma”, y haberla recorrido antes de que volviera a desaparecer en le océano.
En algún tratado Internacional firmado por el Reino de Castilla, haciendo referencia a las Islas Canarias se hablaba de la soberanía de Castilla sobre “Las islas Canarias descubiertas o por descubrir” , por si acaso. La isla fantasma fue llamada según distintas versiones de la leyenda como: “Aprositus”,” la Inaccesible”, “Antilia” o “ La isla de las siete Ciudades” , haciendo referencia a ciudades fundadas por siete obispos legendarios.
Lo cierto es que desde el siglo XV, a lo largo del cual las Islas Canarias son conquistadas, comienzan a oírse los relatos de una octava isla, que a veces se divisaba al oeste de La Palma, El Hierro y La Gomera. Cuando los navegantes intentaban aproximarse a ella, y se encontraban a la vista de sus costas, montañas y valles, la isla era envuelta por la bruma y desaparecía completamente. Evidentemente, la isla fue rápidamente identificada con la mítica isla-ballena de San Brendan, cuyo nombre se convirtió, en Canarias, en "San Borondón".
Se creyó a pies juntillas en su existencia, y no faltaron relatos detallados de algún que otro navegante que juraba haber desembarcado en la isla y haberla explorado antes de que volviera a hundirse en el Océano. En algún tratado internacional firmado por el Reino de Castilla, haciendo referencia a Canarias, se hablaba de la soberanía castellana sobre "las islas de Canaria descubiertas y por descubrir"; como quien dice, por si acaso…
La isla fue llamada "Aprositus", Inaccesible, y en otras versiones de la leyenda recibe el nombre de "Antilia" o "Isla de las Siete Ciudades", ciudades que se suponían fundadas por siete legendarios obispos.
Lo cierto es que en los Archivos de la Isla de Hierro, del siglo XVIII aparecen las investigaciones oficiales realizadas por las autoridades de la Isla, en la que decenas de testigos afirman haber visto “La isla fantasma, San Borondón” desde las cumbres del Hierro. A raíz de esto partió de Santa Cruz de Tenerife una expedición en busca de “la isla fantasma”.
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