La ciudad de Gary, en Indiana, Estados Unidos, fue fundada a la par de la compañía de siderúrgica U.S. Steel, en 1906. Como muchas ciudades con tan estrecha relación entre desarrollo urbano e industria, Gary ha ido decayendo junto con el cambio de las actividades económicas, dejando un rastro de abandono en la fisonomía de la ciudad.
La falta de inversión urbana y el creciente abandono de zonas de las ciudades que habían estado fuertemente ligadas a una actividad económica es una tónica recurrente en varias ciudades norteamericanas.
La ciudad que vio nacer a Michael Jackson, un lugar próspero durante casi todo
el siglo XX gracias a la industria siderúrgica, hizo que el paro y la delincuencia
que asoló la urbe durante los años 80, desencadenara en el abandono de miles de
familias.
Aunque en la localidad viven todavía algo más de 100.000 personas, en sus tiempos gloriosos llegó a albergar a más del doble de dicha cifra, por lo que diversos barrios están en la actualidad abandonados, incluso algunos demolidos
Aunque en la localidad viven todavía algo más de 100.000 personas, en sus tiempos gloriosos llegó a albergar a más del doble de dicha cifra, por lo que diversos barrios están en la actualidad abandonados, incluso algunos demolidos
El fotógrafo David Tribby, ha documentado la arquitectura histórica y actualmente abandonada de la ciudad de Gary, constituyendo un volumen representativo del estado de Indiana. La serie se constituye en una mirada melancólica, tomando como antecedente el hecho de que Tribby, como muchos otros en Gary, proviene de una familia de trabajadores del acero, quienes participaron de la bonanza económica que trajo la industria y formaron parte de la fuerza de trabajo que permitió el desarrollo de la ciudad.
Hacia los años 60, cuando surgieron competidores a nivel mundial en la industria del acero, el sector industrial de Gary comenzó a decaer, llegando a perder el 50% de su población en 30 años, ya que las empresas fueron cerrando y los trabajadores y sus familias debieron migrar a otras ciudades. A la vez que emigraba la población, los servicios y comercios iban cerrando, dejando bodegas, edificios corporativos y viviendas en un progresivo abandono.
Fotografías: David Tribby.
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